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Informe provisional - Informe núm. 230, Noviembre 1983

Caso núm. 1160 (Suriname) - Fecha de presentación de la queja:: 28-SEP-82 - Cerrado

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  1. 509. El Comité examinó este caso en su reunión de febrero de 1983, ocasión en la cual sometió conclusiones provisionales al Consejo de Administración. Ulteriormente el Gobierno envió comunicaciones de fecha 7 de abril y 16 de mayo de 1983 que quedaron reflejadas en un párrafo especial del 226.° informe del Comité al Consejo de Administración.
  2. 510. Por otra parte, el Sr. W.R. Simpson, Jefe del Servicio de Libertad Sindical, realizó, como representante del Director General, una misión de contactos directos a Suriname con el consentimiento del Gobierno de ese país. Le acompañó la Sra. Jane Hodges, del Servicio de Libertad Sindical. La misión tuvo lugar entre el 18 y el 25 de agosto de 19833.
  3. 511. Como consecuencia de una petición formulada por el Gobierno de Suriname, el Sr. R.G. Simons, Secretario Permanente de Trabajo en funciones, hizo una declaración ante el Comité el 7 de noviembre de 1983.
  4. 512. Suriname ha ratificado el Convenio sobre la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación, 1948 (núm. 87), pero no el Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva, 1949 (núm. 98).

A. Examen anterior del caso

A. Examen anterior del caso
  1. 513. En su examen anterior del caso, realizado en febrero de 1983, el Comité se manifestó muy preocupado por la gravedad de los alegatos entre los que se cuenta la muerte del dirigente sindical Cyrill Daal en el curso de su detención por los militares, las detenciones y desaparición de sindicalistas y la ocupación y destrucción de la sede del sindicato "De Moederbond". Si bien tomaba nota de la explicación del Gobierno en el sentido de que la muerte del líder sindical se produjo por "accidente" cuando intentaba evadirse de la prisión, el Comité subrayó que un ambiente de violencia constituye un serio impedimento al ejercicio de los derechos sindicales.
  2. 514. Además, el Consejo de Administración, atendiendo a la recomendación del Comité, adoptó las siguientes recomendaciones:
    • - el Comité pide al Gobierno que facilite informaciones detalladas y precisas sobre los alegatos formulados y, en particular, sobre las circunstancias en que se produjeron la muerte y la detención de sindicalistas, así como sobre los resultados de toda investigación que pueda realizarse al respecto;
    • - el Comité toma nota de que el Gobierno ha aceptado la proposición del Director General de enviar una misión de contactos directos a Suriname, con objeto de tener un conocimiento apropiado de la situación y permitir así que el Comité pueda formular conclusiones con pleno conocimiento de causa;
    • - el Comité espera que en su próxima reunión dispondrá del informe del representante del Director General sobre la situación.
  3. 515. El Gobierno aplazó en dos ocasiones la misión de contactos directos. En su 223.a reunión (mayo-junio de 1983), el Consejo de Administración observó que durante su reunión de mayo de 1983, el Comité recibió una comunicación del Gobierno, de fecha 16 de mayo de 1983, que contenía observaciones detalladas sobre los alegatos pendientes, los cuales el Comité no pudo examinar en aquella reunión. En lo que concierne a la misión de contactos directos solicitada, el Consejo de Administración tomó nota de que el Gobierno declaraba que confirmaría su invitación lo antes posible. El Comité expresó la firme esperanza de que el Gobierno adoptaría las medidas adecuadas para que en un futuro próximo se llevara a cabo una misión de contactos directos de modo que, en su reunión de noviembre, el Comité pudiera examinar el caso con pleno conocimiento de causa.

B. Nuevas comunicaciones del Gobierno

B. Nuevas comunicaciones del Gobierno
  1. 516. En su comunicación de fecha 7 de abril de 1983, el Gobierno vuelve a rechazar todos los alegatos y afirma que las siguientes personas siguen con vida. Fred Derby (que participa actualmente en negociaciones sindicales); John Kamperveen (actualmente residente en los Países Bajos); Mangal (todavía detenido por su participación en el intento de derrocar al Gobierno en marzo de 1982). Según el Gobierno, las falsas informaciones difundidas respecto a los incidentes de diciembre de 1982 habían constituido una maniobra deliberada para engañar a la comunidad internacional.
  2. 517. En su comunicación de fecha 16 de mayo de 1983, el Gobierno señalaba que siempre había negado los alegatos formulados en este caso y repetía que la muerte del Sr. Daal se había producido al intentar escapar de prisión. Afirmaba que no existía ningún tipo de disposiciones ni normas en Suriname que limitaran la libertad sindical, incluido el derecho de huelga, ni la negociación colectiva. Mencionaba que las limitaciones provisionales del derecho de reunión adoptadas después del 8 de diciembre de 1982 mediante declaración oficial, fueron derogadas de la misma manera el 25 de febrero de 1983. El Gobierno subrayaba asimismo que todas las normas de índole laboral habían sido redactadas previa consulta a las organizaciones de trabajadores interesadas. Acompañaba recortes de prensa que confirmaban sus afirmaciones.
  3. 518. Haciendo referencia al pasado colonial de Suriname, el Gobierno afirmaba que el proceso revolucionario que se había iniciado en Suriname el 25 de febrero de 1980 todavía corría el peligro de ser detenido por grupos de interés del extranjero y grupos locales de intereses corruptos. Como ello conllevaba un incremento de la vigilancia de la seguridad nacional, el Gobierno estimaba que el país debía ser gobernado en estrecha colaboración con las autoridades militares.
  4. 519. Según el Gobierno, la detención del presidente de la Moederbond, Sr. Daal, no estaba de ninguna manera relacionada con sus actividades propiamente sindicales, sino con sus actividades políticas, que eran de naturaleza claramente subversivas y se proponían derrocar al Gobierno. Este afirma que tales actividades formaban parte de un plan de desestabilización que hubiera culminado en un golpe de estado violento.
  5. 520. Según el Gobierno, la Federación de Sindicatos Moederbond, no participó, en tanto que organización, en este plan, sino que lo hicieron, a título individual, el Sr. Daal y el asesor principal de esa organización, Sr. A. Haakmat. Señalaba el Gobierno que este último había salido del país con anterioridad al 8 de diciembre para reclutar mercenarios como parte de la conspiración para derrocar al Gobierno. Alegaba que todavía obraba activamente para reclutar tal fuerza mercenaria a fin de invadir el país. El Gobierno hacía hincapié en que otras notorias personalidades de la Moederbond ignoraban el "papel" desempeñado por el sindicato en los planes y, por consiguiente, tras consultar con los sindicatos afiliados, el consejo ejecutivo de la Moederbond expulsó a todos los consejeros y miembros de la directiva que permanecían en el extranjero tras los acontecimientos y se disoció de las actividades contrarrevolucionarias de estas personas.
  6. 521. Con respecto a las huelgas que las organizaciones afiliadas a la Moederbond llevaron a cabo antes de los acontecimientos del 8 de diciembre de 1982, el Gobierno afirmaba que el Sr. Daal utilizó indebidamente esta organización sindical para restaurar la situación anterior al 25 de febrero y subrayaba que estas acciones eran aisladas y al parecer no contaban con el apoyo del resto de los principales sindicatos. Señalaba que el presidente de la Moederbond era el único miembro de esta organización sindical que integraba el grupo de personas detenidas por pertenecer a un grupo político secreto de carácter subversivo que trataba de derrocar al Gobierno por medios violentos.
  7. 522. Según el Gobierno, uno de los centros de reunión de este grupo secreto eran los locales de la Moederbond. Lamentaba que dichos locales fueran destruidos con ocasión de las operaciones militares encaminadas a desbaratar el golpe, y afirmaba que en el curso de recientes deliberaciones entre el Primer Ministro y la Directiva de la Moederbond, el Gobierno se había comprometido a construir nuevas oficinas para este sindicato.
  8. 523. Con respecto al alegato de detención de sindicalistas, el Gobierno afirmaba que actualmente no se detenía a ningún dirigente sindical, puesto que las medidas de seguridad no iban dirigidas contra ningún sindicato ni movimiento de trabajadores. Al parecer, tres de las personas detenidas el 8 de diciembre de 1982 eran conocidos sindicalistas. Uno de ellos fue puesto en libertad al día siguiente porque estaba claro que no tenía que ver con la conspiración. Los otros dos perdieron la vida al intentar escapar.
  9. 524. El Gobierno estaba plenamente de acuerdo en que un ambiente de violencia constituye un serio obstáculo al ejercicio de derechos sindicales. Por tanto, se esforzaba por aplicar pacíficamente un programa de reconstrucción nacional. En su opinión, el clima de violencia había sido introducido repetida e intencionalmente por individuos que se oponen a la revolución y a las medidas gubernamentales de reconstrucción nacional. Señalaba que en los tres últimos años de la revolución se habían producido cuatro intentos graves y violentos de derribar el Gobierno. A pesar de las medidas de seguridad que en tales situaciones era lógico que adoptara el ejército, el Gobierno había tratado constantemente de crear y mantener un ambiente en el que los sindicatos pudieran seguir funcionando normalmente. Se remitía a este respecto a recortes de prensa que informaban sobre la postura de varias federaciones sindicales desde el 8 de diciembre de 1982.

C. La misión de contactos directos

C. La misión de contactos directos
  1. 525. Al terminar su misión en Suriname (18 a 25 de agosto de 1983), el representante del Director General, Sr. W.R. Simpson, presentó a éste un informe sobre las diversas entrevistas celebradas durante su estancia en aquel país. En su informe, el representante del Director General señala que durante la misión se le concedieron todas las facilidades para entrevistarse con las personas que, en su opinión podían ayudarle a realizar su misión.
    • I. Ocupación de los locales de la Moederbond el 17 de septiembre de 1982
  2. 526. Con ocasión del encuentro con la directiva de la Moederbond, la misión escuchó el relato de un testigo directo de los acontecimientos del 17 de septiembre de 1982, uno de los afiliados que ese día se encontraba en el edificio. Afirmó que el edificio fue ocupado por jóvenes, que ese mes no fueron a la escuela por encontrarse de vacaciones, con el apoyo verbal de funcionarios del Departamento de Movilización Popular que se encontraban en el exterior y que los incitaban y les decían que la Moederbond era la responsable de la reciente huelga en el hospital universitario. Este miembro de la directiva de la Moederbond avisó por teléfono a la policía, que llegó y se llevó a la comisaría a dos o tres de los cabecillas de la ocupación. Cuando, una vez pasado el incidente, la Moederbond telefoneó a la policía en relación con el mismo, les dijeron que un funcionario del Departamento de Movilización Popular había solicitado la liberación de los cabecillas y que por tanto la policía los dejó en libertad sin cargo alguno contra ellos. Nunca más se mencionó la ocupación ni la Moederbond adoptó nuevas medidas a su respecto, pues los acontecimientos que siguieron eclipsaron su importancia.
  3. 527. El Ministro de Trabajo indicó al representante del Director General que este incidente, así como los demás alegatos, han de situarse en la perspectiva de los cambios acaecidos en el país entre el 25 de febrero de 1980 (cuando tomaron el poder los militares) y el 8 de diciembre de 1982. Afirmó que los locales de la Moederbond eran utilizados por un grupo sospechoso de personas que se reunían para preparar actividades orientadas a derribar al Gobierno. Indicó además que, en todo caso, los acontecimientos del 8 de diciembre habían hecho pasar a segundo plano este alegato.
    • II. Acontecimientos precursores del 8 de diciembre de 1982
  4. 528. El Ministro de Trabajo y los sindicalistas y empleadores con quienes habló el representante del Director General coincidieron en sus claras descripciones de estos acontecimientos. Sus comentarios se resumen así: cuando los militares tomaron el poder el 25 de febrero de 1980, su experiencia política era escasa y recurrieron a cuantos grupos fue posible (sindicatos progresistas, organizaciones de masas e incluso miembros del Gobierno depuesto) para ayudarles a establecer un gobierno. De hecho, la Moederbond había propuesto como ministros en este primer gabinete a dos personas (una de las cuales resultó nombrada), y también un miembro de la CLO, a título personal, fue nombrado ministro. La C-47, que sostiene oficialmente que la política y el sindicalismo no pueden separarse, no presentó sin embargo a ningún candidato al Gobierno aunque fue invitada a hacerlo, porque, según ella, no era previsible la línea política que en el futuro seguirían los militares. El Presidente de la C-47 subrayó no obstante que su Federación y el pueblo en su conjunto apoyaban entonces a los militares a causa de la frustración que habían engendrado las promesas incumplidas del anterior Gobierno. Debe tenerse presente que las federaciones estaban representadas en las recién creadas Juntas Consultivas y de Planificación del Gobierno.
  5. 529. Al representante del Director General se le dijo no obstante que para mediados de 1982 había aumentado la importancia de las huelgas, en especial las llevadas a cabo por la Moederbond y sus afiliados, y que el Gobierno interfería más en la vida de las organizaciones. La C-47 también participó en huelgas y sus representantes describieron la de abril de 1982, que el Ministro de Sanidad había condenado durante una conferencia de prensa, desatada por un sindicato de personal sanitario afiliado a ella. El Gobierno no permitió que la C-47 celebrara una conferencia de prensa para responder y confiscó 15 000 ejemplares de su publicación que contenía la respuesta de la Federación al ministro. En julio de 1982 una organización afiliada a la Moederbond declaró la huelga en el hospital universitario, que estaba relacionada con los términos de los acuerdos de 1977/82 en el interior del Ministerio de Sanidad. En septiembre, los trabajadores de correos afiliados a la Moederbond llevaron a cabo una huelga parcial en protesta por las condiciones de trabajo y, en particular, por la instalación de aire acondicionado. Los acontecimientos culminaron con la llamada a la huelga por parte de los controladores de tráfico aéreo afiliados a la Moederbond en octubre de 1982; las reclamaciones se referían en apariencia a los salarios y a las condiciones de trabajo y fueron satisfechas en noviembre de 1982. La huelga, que fue personalmente dirigida por Cyrill Daal, presidente de la Moederbond, corrió paralela a grandes manifestaciones que coincidieron con la visita a Suriname del Primer Ministro de Granada.
  6. 530. Los empleadores con los que se entrevistó el representante del Director General consideraban que los acontecimientos que culminaron en la jornada del 8 de diciembre de 1982 eran de naturaleza política, y que las actividades de la Moederbond, en particular las huelgas, constituían una fuerte presión sobre el Gobierno. Algunos estimaban que en el período julio-diciembre la Moederbond no había cambiado de actitud respecto a la negociación colectiva. Otros, sin embargo, creían que la actitud de los sindicatos se debía al vacío creado por el mismo Gobierno, ya que los procedimientos oficiales de mediación entre sindicatos y empleadores eran inoperantes. Afirmaron que la ocupación de los locales por el ejército tras la huelga en el hospital universitario quizá hubiera contribuido también a crear antagonismos entre los sindicatos. Algunos otros dijeron que los problemas entre los sindicatos y los militares remontan al momento de la creación del Frente Revolucionario en 1981, puesto que los primeros no estaban seguros del lugar que realmente ocuparían en esa estructura; sea como fuere, dijeron que fue entonces cuando la Moederbond comenzó a defender el retorno a la democracia.
    • III. Detenciones y muertes del 7 y 8 de diciembre de 1982
  7. 531. El Ministro de Trabajo declaró a la misión que el 7 de diciembre se procedió a detener e interrogar a muchas personas ante la existencia de indicios inquietantes de que a últimos de diciembre se podrían llevar a cabo acciones contra el Gobierno. Declaró que a Daal se le detuvo a título individual y que muchos miembros de la directiva de la Moederbond ignoraban lo que estaba sucediendo. El Ministro indicó que no había pruebas de una clara vinculación entre Daal y las otras 14 personas que resultaron muertas el 8 de diciembre, pero declaró que habían celebrado "algunas reuniones" antes de esa fecha.
  8. 532. El Sr. Derby, presidente de la Federación C-47 y una de las 14 personas que esa noche fueron objeto de la redada y retenidos en Fuerte Zeelandia (cuarteles militares), describió al representante del Director General las circunstancias de su propia detención. Fue el único, del grupo definitivo de 16 personas interrogadas durante aquellas 24 horas por el teniente coronel Bouterse, a quien se le permitió salir con vida del Fuerte. Según el Sr. Derby, el Sr. Daal y él no fueron los únicos sindicalistas detenidos, pues también lo estaban los señores E.A. Hoost, L.P. Rahman y Bram Behr. El Sr. Derby todavía no sabía por qué había sido detenido ni por qué le habían dejado finalmente en libertad. Le habían dicho que el teniente coronel Bouterse lo dejó salir del fuerte porque lo consideraba honesto. Subrayó que no fue sometido a malos tratos en las 18 horas de su detención, en que compartió una celda con otras varias personas que cayeron en la redada el 7 de diciembre. Mientras estuvo detenido se entrevistó dos veces con el teniente coronel Bouterse. Declaró que había pedido a éste que liberara al Sr. Hoost y a las otras dos personas que habían compartido su celda, a lo que se le contestó que serían puestas en libertad. El 9 de diciembre se supo que, al igual que el Sr. Daal y los demás, también ellos habían resultado muertos.
  9. 533. Las opiniones diferían acerca de las motivaciones que llevaron a Daal a continuar la huelga hasta el 2 de noviembre de 1982, cuando, en opinión de todos, era claro el peligro de tal proceder. En la misma directiva de la Moederbond había opiniones encontradas sobre esta cuestión. Un miembro de la misma hizo hincapié en que personalmente había advertido a Daal el 29 de octubre sobre los peligros de continuar la huelga en solitario sin el apoyo de las demás federaciones. Sin embargo, otro miembro mantuvo que todo el mundo estuvo de acuerdo en que Daal siguiera adelante y que, en conjunto, la Moederbond apoyaba la huelga. Los representantes de la C-47 con quienes la misión se puso en contacto pensaban que el Sr. Daal había sido "víctima" de algunos grupos o intereses que no podían determinar con precisión, pero que existían dentro y fuera del país. El Sr. Derby mencionó que el 30 de octubre habló con personas muy interesadas en saber si la C-47 apoyaría la concentración de masas propuesta por Daal para el día siguiente. Los representantes de la PWO con quienes se entrevistó el representante del Director General consideraban que quizá Daal también se sintió estimulado por las manifestaciones masivas de protesta por su detención. Los representantes de la CLO con quienes habló la misión fueron de la opinión de que Daal, cuya fuerte personalidad le permitía sacar a la gente a la calle, cayó en la fácil tentación de considerarse campeón, y mártir si era necesario, de la causa democrática.
  10. 534. Los representantes empleadores con quienes se entrevistó el representante del Director General subrayaron que nadie, ni el mismo Sr. Daal, se esperaba que los militares fuesen capaces de perpetrar la acción que tuvo lugar el 8 de diciembre. De hecho, uno de estos representantes manifestó que vio al Sr. Daal el 7 de diciembre y éste le dijo que se daba cuenta del riesgo que representaban sus actividades, pero que "le traía sin cuidado morir ahora o dentro de un año". Según los representantes empleadores, Daal padecía un cáncer en la garganta. Los representantes de otra asociación de empleadores con quienes la misión habló no creían que Daal se diera cuenta del alcance de sus actos. Manifestaron que, con ocasión de una reunión celebrada el 2 de noviembre entre la Moederbond y representantes de los empleadores y de organizaciones religiosas, el Sr. Daal les había dicho que una personalidad militar le había advertido "que pensara en su futuro" si continuaba despreciando el poder militar. Afirmaron que los discursos en favor de la libre empresa y su crítica del proceso socializador del Gobierno fueron por supuesto calificados de subversivos por sus oponentes.
  11. 535. De las reuniones celebradas con personalidades y funcionarios del Gobierno se desprendía claramente que éste no tenía intención de realizar una encuesta independiente sobre las muertes. El Fiscal del Tribunal Supremo no sabía si el Ministro de Justicia abordaría el tema. Por otra parte, el Ministro de Trabajo hizo hincapié en que los acontecimientos tuvieron lugar en un contexto de posible invasión de Suriname y de presiones de fuerzas externas e internas contra el Gobierno. La Directiva de la Moederbond afirmó que poco después de los acontecimientos del 8 de diciembre había celebrado tres reuniones con el Gobierno, pero en ninguna se planteó la cuestión de una encuesta sobre las muertes. Las otras centrales sindicales consideraban que su realización era difícil, por estar los militares en el poder, e inútil, pues, en su opinión, nunca se sacarían a la luz los hechos reales.
    • IV. Destrucción de los locales de la Moederbond el 8 de diciembre de 1982
  12. 536. En las entrevistas con el Ministro de Trabajo, al confirmar éste la destrucción de la sede de la Moederbond, aseguró al representante del Director General que se habían celebrado conversaciones entre la directiva de ésta y el Ministerio de Obras Públicas y se había llegado a un acuerdo para la reconstrucción de los locales por cuenta del Gobierno. Las obras debían comenzar a finales de 1983 o a comienzos de 1984 a más tardar. El Ministro explicó que era probable que el Gobierno devolviera a la Moederbond el importe del alquiler que pagaba por los locales que ocupa actualmente. El Gobierno hacía esto porque no deseaba que se interpretara la destrucción de los locales como un acto dirigido contra la Moederbond o los trabajadores. La Moederbond confirmó que el Gobierno había accedido a comenzar la reconstrucción en el futuro inmediato.

D. Declaraciones ante el Comité del Secretario Permanente de Trabajo, en funciones

D. Declaraciones ante el Comité del Secretario Permanente de Trabajo, en funciones
  1. 537. El Sr. Simons, Secretario Permanente de Trabajo en funciones, recordó que los acontecimientos del 8 de diciembre se produjeron en el marco de un riesgo grave de invasión inminente del país por parte de potencias extranjeras. Según el Sr. Simons, el tripartismo y los derechos sindicales han sido siempre respetados en Suriname, pero la huelga de los controladores del tráfico aéreo, que precedió los acontecimientos del 8 de diciembre, no tenía carácter sindical sino político. En cuanto a la cuestión de si el Gobierno contaba ordenar la apertura de una investigación judicial sobre la muerte de los dirigentes sindicales acaecida el 8 de diciembre de 1982, el Secretario Permanente de Trabajo declaró que como persistía aún el riesgo de invasión la cuestión era competencia de las autoridades militares. Aseguró, sin embargo, que someterá a su Gobierno la petición del Comité en lo relativo a dicha investigación.

E. Conclusiones del Comité

E. Conclusiones del Comité
  1. 538. El Comité ha examinado las respuestas escritas del Gobierno a los alegatos así como la información obtenida por el representante del Director General en el curso de su misión de contactos directos a Suriname.
  2. 539. Al tiempo que expresa su agradecimiento al representante del Director General por su detallado informe, al Comité también le agradaría expresar su reconocimiento al Gobierno de Suriname por su colaboración al aceptar las peticiones del Comité de que se llevara a cabo dicha misión y por disponer todo lo necesario para el desempeño de la misión del representante del Director General.
    • i) Ocupación de los locales de la Moederbond en septiembre
  3. 540. El Comité observa que ni en la última respuesta escrita del Gobierno ni en el curso de las discusiones celebradas en Suriname con las autoridades se introdujo ningún elemento nuevo sobre este alegato, excluyendo la afirmación de que los locales habían sido utilizados para las reuniones de un grupo secreto que se proponía el derrocamiento violento del Gobierno. En vista de que ni siquiera la directiva de la Moederbond se puso en contacto con las autoridades pertinentes para recibir explicaciones o excusas ni para exigir una investigación y de que más tarde fueron destruidos los locales, con lo cual toda encuesta sobre su ocupación se reduciría a suposiciones, el Comité considera que no tiene ningún objeto proseguir el examen de este aspecto del caso.
    • ii) Detenciones y muertes en los días 7 y 8 de diciembre de 1982
  4. 541. El Comité infiere claramente de las declaraciones escritas y orales del Gobierno que éste detuvo al Sr. Daal, presidente de la Moederbond, por lo que consideraba actividades políticas ajenas a sus funciones sindicales. Está asimismo claro que, a pesar de las declaraciones de algunos miembros de la actual directiva de la Moederbond, los demás interlocutores sociales consideraban que las huelgas y las manifestaciones de masas convocadas por Daal en la segunda mitad de 1982 trascendían las actividades normales de un sindicato y estaban orientadas a promover el retorno a una forma democrática de Gobierno.
  5. 542. Si bien la detención y muerte sincrónicas de los otros tres sindicalistas no figuraban específicamente en los alegatos de la CIOSL y de la CMT relativos a este caso, al Comité le parece que su caso es paralelo al del Sr. Daal.
  6. 543. En lo relativo, a la supuesta actividad política de Cyrill Daal, el Comité observa que el Gobierno no ha aportado pruebas concretas que corroboren sus afirmaciones y que las transcripciones escritas de los discursos del Sr. Daal desaparecieron al ser destruidos los locales de la Moederbond. Por otra parte, el Comité observa que se han obtenido de diversas fuentes pruebas importantes que indican que sus actividades estaban más bien vinculadas con el retorno a un sistema democrático. En opinión del Comité, dicho sistema es fundamental para el ejercicio de los derechos sindicales. El Comité siempre ha subrayado - y en este caso desearía particularmente señalarlo a la atención del Gobierno - que incluso en aquellos casos en que se acuse a los sindicalistas de delitos políticos o de derecho común que el Gobierno considera ajenos a sus funciones sindicales, las autoridades deberían procurar sin demora un proceso equitable de las personas afectadas ante una instancia judicial imparcial e independiente.
  7. 544. El Comité deplora que el Gobierno de Suriname, al sentirse, como alega, amenazado por movimientos antigubernamentales procedentes tanto del interior como del exterior del país, procediera a una redada nocturna contra determinados individuos, entre ellos sindicalistas, y los retuviera sin acusaciones y sin contactos con sus representantes legales en instalaciones militares en lugar de utilizar los procedimientos judiciales normales. Ello es tanto más deplorable cuanto que los detenidos resultaron muertos mientras estaban bajo custodia militar.
  8. 545. El Comité condena en los términos más enérgicos las muertes acaecidas el 8 de diciembre de 1982. El Gobierno no ha facilitado prueba alguna de que los detenidos intentaran escapar y, vistas las circunstancias de su detención y reclusión en el fuerte militar, al Comité le resulta sumamente difícil aceptar esta explicación. El Comité desearía de nuevo subrayar, como ya lo ha hecho en anteriores ocasiones, que en aquellas situaciones en que se hayan producido pérdidas de vidas humanas, debería procederse inmediatamente a una encuesta judicial sobre las circunstancias de las muertes para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades. Los derechos humanos, entre ellos los sindicales, sólo pueden ejercerse con normalidad en un ambiente de respeto de la normativa legal.
  9. 546. Por tanto, el Comité deplora el hecho de que el Gobierno no haya procedido a realizar una investigación sobre las muertes y de que haya informado al representante del Director General que no preveía ninguna al respecto. A su juicio, dicha investigación indicaría cierta disposición del Gobierno para asegurar que no se repetirán los trágicos sucesos ocurridos el 8 de diciembre de 1982. El Comité insta al Gobierno a reconsiderar su actitud. El Comité toma nota de las garantías dadas por el representante del Gobierno de transmitir a este último la solicitud del Comité de que se efectúe una investigación y le ruega que informe del resultado de toda investigación que se lleve a cabo.
    • iii) Destrucción de los locales de la Moederbond
  10. 547. El Comité toma nota de la comunicación escrita del Gobierno en el sentido de que los locales de la federación sindical Moederbond fueron destruidos por los militares el 8 de diciembre de 1982. También toma nota de que, según el informe del representante del Director General, las autoridades lamentan esta destrucción y han accedido a edificar nuevos locales para el sindicato. El Comité toma nota asimismo de que es posible que el Gobierno pague a la Moederbond el importe del alquiler de las oficinas que ocupa actualmente. La Moederbond confirmó que la construcción de sus nuevos locales debería comenzar a finales de 1983.
  11. 548. Aunque toma nota de los esfuerzos del Gobierno para devolver al sindicato los locales que perdió como resultado de la operación militar, el Comité desearía señalar a la atención del Gobierno la resolución sobre los derechos sindicales y su relación con las libertades civiles, adoptada por la Conferencia Internacional del Trabajo en su 54.a reunión (1970), en la que figura la protección de la propiedad sindical como una de las libertades civiles esenciales para el ejercicio normal de los derechos sindicales. El Comité confía en que la construcción con cargo al Gobierno de los nuevos locales del sindicato se desarrollará con normalidad y rapidez y que en el futuro se protegerán plenamente los locales y los bienes del sindicato.
    • iv) Alegatos sobre detención de sindicalistas
  12. 549. El Comité toma nota de las comunicaciones escritas y orales del Gobierno de que actualmente en Suriname no hay sindicalistas en prisión, y que contra ninguno de éstos está pendiente orden judicial de arresto o acusación alguna. Por ello considera que este aspecto del caso no requiere un examen más detenido.

Recomendación del Comité

Recomendación del Comité
  1. 550. En estas condiciones, el Comité recomienda al Consejo de Administración que apruebe el presente informe provisional y, en particular, las siguientes conclusiones:
    • a) El Comité aprecia el hecho de que el Gobierno haya colaborado aceptando una misión de contactos directos a cargo del representante del Director General y por haber puesto a disposición de éste los medios necesarios para llevar a cabo su misión.
    • b) El Comité considera que no tiene objeto seguir examinando el aspecto del caso relativo a la ocupación por estudiantes en septiembre de 1982 de los locales del sindicato Moederbond.
    • c) El Comité deplora que el Gobierno, que alega sentirse amenazado por movimientos antigubernamentales tanto dentro como fuera del país, procediera a una redada nocturna contra determinados individuos, algunos de ellos sindicalistas, y los retuviera sin acusaciones y sin asistencia de sus representantes legales en el fuerte militar en lugar de recurrir a procedimientos judiciales normales.
    • d) A este respecto, el Comité desearía señalar a la atención del Gobierno el principio de libertad sindical en virtud del cual, incluso en los casos en que los sindicalistas estén acusados de delitos de derecho común o políticos que el Gobierno considera ajenos a sus funciones sindicales, las autoridades deberían iniciar sin demora un proceso equitable con estas personas ante instancias judiciales imparciales e independientes.
    • e) Sobre las muertes de sindicalistas acaecidas el 8 de diciembre de 1982 mientras estaban bajo custodia militar, el Comité condena estos actos en los términos más enérgicos; y deplora el hecho de que el Gobierno no haya procedido a realizar una investigación sobre las muertes y de que haya informado al representante del Director General que no preveía ninguna al respecto. A su juicio, dicha investigación indicaría cierta disposición del Gobierno para asegurar que no se repetirán los trágicos sucesos ocurridos el 8 de diciembre de 1982. El Comité toma nota de las garantías dadas por el representante del Gobierno de transmitir a este último la solicitud del Comité relativa a esta encuesta. El Comité insta al Gobierno a reconsiderar su actitud. El Comité ruega al Gobierno que le informe del resultado de toda investigación que se lleve a cabo.
    • f) A este respecto, el Comité desearía llamar la atención del Gobierno sobre el principio de libertad sindical según el cual cuando hay pérdida de vidas humanas debería procederse inmediatamente a realizar una investigación judicial sobre las circunstancias de las muertes para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades.

Z. ANEXO

Z. ANEXO
  • Informe sobre la misión de contactos directos a Suriname
  • efectuada por el
  • Sr. W.R. Simpson Jefe del Servicio de Libertad Sindical,
  • Departamento de Normas Internacionales del Trabajo.
  • Introducción
    1. 1 La misión se llevó a cabo dentro del marco del procedimiento aplicable al examen de las quejas relativas a presuntas violaciones de los derechos sindicales, tratándose en este caso de quejas formuladas contra el Gobierno de Suriname por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL) y la Confederación Mundial del Trabajo (CMT) (caso núm. 1160).
    2. 2 El Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración examinó el caso núm. 1160 en su reunión de febrero de 1983 y presentó un informe provisional al Consejo de Administración en el que tomaba nota de que el Gobierno había aceptado la propuesta del Director General de enviar una misión de contactos directos al país con objeto de esclarecer la situación. En comunicaciones de fecha 14 de marzo y 15 de abril de 1983, el Gobierno aplazó las fechas propuestas para el envío de la misión. En su reunión de 1983, el Comité de Libertad Sindical tomó nota de una comunicación del Gobierno en la que éste formulaba observaciones detalladas sobre los alegatos principales e indicaba que confirmaría su invitación al Director General de enviar una misión a Suriname lo más pronto posible.
    3. 3 En la 69.a reunión de la Conferencia Internacional del Trabajo (junio de 1983), se tomaron disposiciones para que una misión de contactos directos pudiera visitar Suriname, tras las correspondientes discusiones con la delegación gubernamental de Suriname encabezada por el Ministro de Trabajo y Salud Pública. En comunicaciones de 22 y 25 de junio de 1983, el Gobierno confirmó que podría realizarse una misión de contactos directos en la segunda quincena de agosto. El 29 de julio la Oficina se comunicó con el Gobierno para confirmar que.la misión podía visitar Suriname del 18 al 25 de agosto inclusive y que la llevaría a cabo el representante designado por el Director General, Sr. W.R. Simpson, Jefe del Servicio de Libertad Sindical del Departamento de Normas Internacionales del Trabajo.
    4. 4 Se indicó al Gobierno que la misión deseaba entrevistarse con los Ministros de Relaciones Exteriores, Trabajo y Salud Pública, Gobernación y Justicia, y con los representantes de las cuatro federaciones sindicales y de las dos federaciones de empleadores, así como con cualesquiera otras personas que pudieran ayudar a la misión a establecer los hechos relativos al caso, en especial en lo referente a la ocupación el 22 de septiembre de 1982 de los locales del sindicato principal y a su destrucción en diciembre de 1982, así como a la detención y la muerte de dirigentes sindicales en la noche del 7 al 8 de diciembre de 1982.
    5. 5 Al haberse tomado de esta manera las disposiciones necesarias, realicé la misión a Suriname del 18 al 25 de agosto de 1983. Me acompañó en toda mi misión la Sra. Jane Hodges, del Servicio de Libertad Sindical del Departamento de Normas Internacionales del Trabajo.
    6. 6 Durante la misión, el Gobierno, además de demostrar fehacientemente su buena voluntad por asegurar el cumplimiento de mi cometido, me facilitó todos los medios para conseguirlo. Inmediatamente después de nuestra llegada a la capital, Paramaribo, se organizó una reunión con tres de los cinco miembros de la Comisión Nacional, organismo establecido por decreto y facultado para recibir las misiones de las organizaciones y organismos internacionales. En esta reunión inicial se estableció un programa detallado para concertar entrevistas con las personas siguientes: el Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. E. Alibux; el Ministro de Trabajo y Salud Pública, Sr. L.W. Boksteen; el fiscal general, Dr. R.M. Reeder, representante del Ministerio de la Gobernación y Justicia; el consejo ejecutivo de la federación sindical C-47; el consejo ejecutivo de la Organización Progresista de Trabajadores (PWO); el consejo ejecutivo de la organización de funcionarios públicos denominada CLO; el consejo ejecutivo de la AVVS de Moederbond; la Asociación de Fabricantes de Suriname (ASFA), y la Asociación de Comercio e Industria de Suriname (VSB). También se dispuso que, después de todas estas entrevistas, se celebraría una última reunión con el Ministro de Trabajo. Asimismo, se tomaron disposiciones para que la misión visitara el Colegio Laboral de Suriname SIVIS, patrocinado por el Gobierno.
    7. 7 Contrariamente a la práctica seguida por el Gobierno en visitas anteriores de investigación a Suriname realizadas por otras organizaciones internacionales, la misión pudo en todo momento celebrar sus reuniones sin la presencia de miembros de las fuerzas armadas o de personal del Estado. En más de una ocasión nuestros interlocutores se refirieron a esta falta de injerencia y manifestaron que, de haber sido diferente la situación, no habrían podido hablar tan libremente como lo hicieron.
    8. 8 Al principio de la misión pude reunirme brevemente con el Primer Ministro, Dr. E. Alíbux, que también es Ministro de Relaciones Exteriores, y aproveché la oportunidad para indicarle que la imparcialidad y objetividad del informe de la misión dependerían enteramente de la cooperación que recibiría y de la libertad y sinceridad de las discusiones que celebraría con los diferentes ministerios y los copartícipes sociales. Señalé que esta misión de, contactos directos a Suriname concernía a los derechos sindicales que en modo alguno tenía por cometido inmiscuirse en la política interna del país. También manifesté que la Organización Internacional del Trabajo no es un tribunal internacional, pero que su función de supervisión tiene por objeto asegurar, mediante un examen objetivo de todos los hechos, que se respetan plenamente los derechos sindicales y los derechos humanos, lo cual es esencial para el libre ejercicio de los derechos sindicales. También indiqué que por el solo hecho de formar parte de la OIT y de ratificar los convenios internacionales del trabajo, todos los Estados, incluido Suriname, aceptaban en cierta medida un control internacional de su actuación y renunciaban en consecuencia a una parte de su soberanía. El Primer Ministro me aseguró que la misión tendría plena libertad para hablar con toda persona que considerara útil y expresó firmemente la esperanza de que llevaría su labor a feliz término.
  • Antecedentes
    1. 9 Suriname, que se convirtió en república independiente el 25 de noviembre de 1975 después de casi 300 años de régimen colonial holandés, está situado en la costa septentrional del continente sudamericano y tiene fronteras comunes con Guyana, Brasil y Guyana Francesa. Su superficie total es de unos 163 000 km2. El 25 de febrero de 1980, un pequeño grupo de sargentos del ejército - que junto con otros miembros del sindicato de las fuerzas armadas estaban en huelga desde hacía dos meses por reivindicaciones saláriales - tomó el poder. El Gabinete Civil rinde cuentas al Centro Político (Teniente Coronel Bouterse, el Primer Ministro, el Ministro de Hacienda y el segundo oficial en el mando de las fuerzas armadas) y - está dirigido por el Consejo Consultivo (Sr. Cruden y Sr. Sylvester, dos sindicalistas, y Sr. Udenhout, del Ministerio de Educación). La población cuenta con unos 360 000 habitantes de origen diverso y está integrada por amerindios, hindúes, criollos, javaneses y chinos. Unos dos tercios de la población viven en Paramaribo y el resto se ha asentado en el litoral, que representa un 3 por ciento de la superficie total del país. El interior es en su casi totalidad una zona de selva tropical densa.
    2. 10 Suriname es un país de desarrollo económico desigual, con unas pocas empresas modernas de gran densidad de capital que aseguran la mayor parte de la producción y de las exportaciones nacionales y están dominadas por capital extranjero, y con un sector tradicional estancado. Además de las dos empresas de producción de bauxita, Suralco (que la misión pudo visitar) y Billiton, también hay grandes empresas agrícolas, incluidas algunas de propiedad estatal dedicadas a la investigación, cultivo y producción de arroz y a la transformación de la madera. El producto nacional bruto per cápita se estimó en unos 2 860 dólares en 1982. Como consecuencia de la dualidad de la estructura económica, el sector de gran densidad de capital ocupa un número relativamente reducido de personas y paga salarios elevados en comparación con los sectores estatal y comercial, cuya productividad es más baja. A pesar de una emigración en gran escala en los últimos años y del rápido crecimiento del sector público, el desempleo afecta todavía al 18 por ciento de la fuerza de trabajo.
    3. 11 Entre las cuatro federaciones sindicales, la C-47 cuenta con un número de afiliados que oscila entre 12 000 y 15 000 en los sectores de la bauxita, las industrias mecánicas, la agricultura, el abastecimiento de agua, las líneas aéreas, los hoteles, la enseñanza privada y los servicios de enfermería; la Federación Moederbond cuenta con 15 000 afiliados de los sectores público, industrial y de servicios; la PWO tiene 4 500 afiliados en los sectores de la agricultura, del cemento y del comercio e industria; finalmente, la CLO representa a 40 000 funcionarios públicos. Hay dos organizaciones de empleadores, la ASFA, integrada por 132 empresas manufactureras y la VSB, que cuenta con 170 empresas privadas y empresas estatales. La Moederbond está afiliada a la CIOSL, la PWO a la CMT y la CLAT, y la CLO a la SPIE y la INFEDOP. Por el momento, la C-47 ha renunciado deliberadamente a toda afiliación internacional. Ninguna de las organizaciones de empleadores tampoco ha optado por una afiliación internacional.
    4. 12 En lo que se refiere a los principios internacionales de la libertad sindical, la legislación del trabajo de Suriname no ha suscitado comentarios graves por parte de la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones. En especial, la negociación colectiva siempre se ha concertado libre y ampliamente en Suriname e, incluso en los servicios públicos, la CLOT negocia cada dos años un acuerdo colectivo común para sus miembros (que representan cerca de la mitad de una fuerza de trabajo total de 84 000 personas) con un comité especial designado por el Gobierno para ese fin. Una junta de mediación, integrada actualmente por dos representantes del Gobierno y un sindicalista jubilado del sector de la bauxita que también es funcionario público, interviene en la solución de los conflictos, sobre todo en el sector privado. El representante de los empleadores en la junta, que por razones personales dimitió hace cuatro años, no ha sido sustituido. También hay una junta especiar para los conflictos en el servicio público, y el Centro Político parece tener facultades especiales para resolver los conflictos cuando se le pide. Se reconoce el derecho de huelga en todos los sectores.
  • Alegatos
    • a) Asalto de los locales de la Moederbond el 17 de septiembre de 1982.
      1. 13 La CIOSL alegó que los locales de su afiliada fueron ocupados por un grupo de jóvenes, algunos de los cuales estaban armados y eran miembros de la "sección de movilización popular" del Ministerio de la Cultura, Juventud y Deportes. Según la CIOSL, estos jóvenes saquearon los locales durante varias horas e impidieron una reunión sindical que debía celebrarse allí.
      2. 14 El Gobierno contestó que la ocupación ilegal de las oficinas de la Moederbond fue realizada por individuos aparentemente indignados ante la participación de este sindicato en una reciente huelga del personal hospitalario. El Gobierno subrayó que las autoridades no intervinieron ni estuvieron implicadas en modo alguno en esta, ocupación, y lamentó que la Moederbond no rectificara la información comunicada a la OIT, a pesar del intercambio de telegramas que tuvo con ella.
      3. 15 En mi entrevista con el consejo ejecutivo de la Moederbond pude escuchar un testimonio directo de los acontecimientos ocurridos el 17 de septiembre de 1982 por parte de uno de los miembros que estaban presentes en el edificio en aquel momento. Este declaró que escolares que estaban de vacaciones en aquel mes ocuparon el edificio con el apoyo verbal de miembros de la sección de movilización popular que se encontraban fuera. Según mi interlocutor, los incitadores decían a los educandos que la Moederbond era responsable de una huelga reciente en el Hospital Universitario. Tras una llamada telefónica de este miembro del consejo ejecutivo de la Moederbond, la policía llegó y se llevó a la jefatura a dos o tres de los cabecillas de la ocupación. El incidente se dio por terminado, pero cuando la Moederbond fue ulteriormente convocada a la comisaría de policía en relación con este asunto, se le informó de que un funcionario de la sección de movilización popular había pedido la puesta en libertad de los cabecillas y que la policía los había liberado por lo tanto sin formular cargos contra ellos. Esta ocupación no se mencionó más y la Moederbond no tomó ninguna otra medida sobre el particular, ya que los acontecimientos ulteriores le restaron importancia. Según el consejo ejecutivo de la Moederbond, la sección de movilización popular es un órgano de coordinación de las comisiones populares y de los consejos regionales y de distrito recientemente constituidos. Participa en actividades sociopolíticas, como la reconstrucción de carreteras y la educación política de los jóvenes.
      4. 16 Mi entrevista con el fiscal general, representante del Ministro de Justicia y Gobernación, no aportó ninguna aclaración sobre el incidente. En respuesta a varias preguntas detalladas, el fiscal general se limitó a declarar que su oficina no había recibido ninguna queja y que lo único que sabía del incidente era lo que había leído en la prensa. El Ministro de Trabajo indicó que este incidente - así como otros alegatos - habían de considerarse dentro del marco de los cambios ocurridos en el país entre el 25 de febrero de 1980 (cuando las fuerzas armadas tomaron el poder) y el 8 de diciembre de 1982. Declaró que los locales de la Moederbond eran utilizados por un grupo de personas a las que se sospechaba de reunirse para considerar actividades encaminadas a derrocar el Gobierno. Señaló además que los acontecimientos ocurridos el 8 de diciembre sobreseían de todas maneras este alegato.
    • b) Acontecimientos que condujeron al 8 de diciembre de 1982.
      1. 17 El Ministro del Trabajo, los sindicalistas y los empleadores con los que me entrevisté coincidieron en su clara descripción de estos acontecimientos. Lo que sigue a continuación es una síntesis de sus comentarios. Cuando tomaron el poder el 25 de febrero de 1980, las fuerzas armadas tenían poca experiencia política y se dirigieron al mayor número posible de grupos (sindicatos progresistas, organizaciones de masa e incluso miembros del gobierno derrocado) para que los ayudaran a establecer un gobierno. De hecho, la Moederbond había designado a dos personas para puestos ministeriales en el primer Gabinete (uno de ellos fue elegido), y un miembro de la CLO fue también designado, a título personal, para ocupar un puesto ministerial. La C-47, a pesar de su punto de vista oficial según el cual no pueden disociarse la política y el sindicalismo, no presentó ningún candidato para un cargo público, aunque fue invitada a hacerlo, por considerar que no era clara la futura orientación política de las fuerzas armadas. Sin embargo, el presidente de la C-47 hizo hincapié en el apoyo de su federación y de la población en general a las fuerzas armadas en aquel tiempo, habida cuenta del descontento que había suscitado el gobierno anterior al no haber cumplido sus promesas. Cabe señalar que las federaciones estaban representadas en las nuevas juntas consultivas y de planificación establecidas por el Gobierno. Una persona mencionada por varios de mis interlocutores, a saber, el Sr. André Haakmat, desempeñó un papel especialmente importante en el nuevo Gobierno, sobre todo en lo que se refiere a la Moederbond y la actividad sindical en general. En su calidad de Ministro de Justicia, el Sr. Haakmat preparó un decreto para prohibir las huelgas el 13 de agosto de 1980. El mismo día se registró un intento de golpe de Estado como consecuencia del cual se suspendió la Constitución y se disolvió el Parlamento, y el decreto contra la huelga nunca se adoptó. Aparte de un incidente ocurrido en noviembre de 1980 en el que se ocuparon los locales y se secuestraron los archivos de uno de los sindicatos afiliados a la C-47 por orden del Ministro Haakmat, el clima de las relaciones políticas y de trabajo permaneció sereno hasta que el Gobierno, tras discusiones con los estudiantes, las organizaciones progresivas y los campesinos, estableció en diciembre de 1981 un "frente revolucionario" que, en opinión de muchos, suprimió virtualmente toda posibilidad de un regreso a la democracia que las fuerzas armadas habían prometido inicialmente. Como consecuencia de ello hubo dimisiones en el Gabinete, y un nuevo intento de golpe de Estado a mediados de marzo de 1982 condujo a la formación de un nuevo gobierno. En enero de 1982, el Ministro Haakmat fue destituido de sus varios cargos ministeriales y se convirtió en consultor oficial de la Federación Sindical Moederbond.
      2. 18 Desde entonces se acentuó la frecuencia de las acciones de huelga, especialmente por parte de la Moederbond y sus afiliados, y aumentó la intervención del Gobierno en la vida de la comunidad. La C-47 también participó en acciones de huelga y sus representantes describieron la huelga de abril de 1982 declarada por uno de sus afiliados del sector de la enfermería, que el Ministro de Salud condenó en una conferencia de prensa. El Gobierno impidió una conferencia de prensa de respuesta por la C-47 y secuestró 15 000 ejemplares de su boletín en el que figuraba la respuesta de la federación al Ministro. En junio de 1982 se declaró una huelga en el Hospital Universitario sobre las cláusulas de los acuerdos de 1977-1982 con el Ministerio de Salud. En agosto, las fuerzas armadas pidieron al ex Ministro Haakmat que preparara un informe sobre la formación de una nueva estructura democrática en la que participara el poder civil. En septiembre, los trabajadores de correos declararon una huelga parcial en relación con sus condiciones de trabajo, y en especial con la instalación de aire acondicionado. Los acontecimientos culminaron en la declaración de una huelga por el sindicato de controladores aéreos afiliado a la Moederbond, en octubre de 1982, relacionada con sus salarios y condiciones de trabajo. Esta huelga fue dirigida personalmente por Cyrill Daal, presidente de la Moederbond.
      3. 19 Todos los hechos en torno a esta huelga son de especial importancia y fueron descritos detalladamente por las personas que participaron en ellos. El lunes 25 de octubre, el Teniente Coronel Bouterse se comunicó personalmente con el Sr. Daal, presidente de la Moederbond, y le pidió que no declarara la huelga, pues de lo contrario sería "detenido y olvidado". El Sr. Derby, presidente de la C-47, también manifestó que había advertido a Daal que la continuación de la huelga podría tener consecuencias graves. El jueves 26 de octubre, el Sr. Daal convocó una reunión de todos los afiliados de la Moederbond que fue ampliamente comentada en la prensa. El miércoles 27 de octubre, el Sr. Haakmat, consultor de la Moederbond, anunció que el Sr. Daal se había escondido; sin embargo, el jueves 28 de octubre el Sr. Daal fue detenido en su oficina y liberado solamente unas horas después tras una intervención de la C-47 y de la CLO, que amenazaron con una huelga general si se mantenía su detención. Ante la gravedad de los acontecimientos, el Sr. Derby convocó una reunión de todos los afiliados de la C-47, y a su vez fue convocado por el Primer Ministro para que explicara su decisión. El viernes, 29 de octubre, la Moederbond convocó otra reunión y declaró una huelga de protesta de dos horas contra la detención del Sr. Daal. El sábado 30 de octubre, varios empleadores se entrevistaron con los miembros del consejo ejecutivo de la Moederbond y los previnieron de la peligrosa situación que podría crearse si la Moederbond continuaba sola su huelga. En la misma tarde, las cuatro federaciones sindicales se reunieron en un hotel de Paramaribo, pero las otras centrales no lograron llegar a un acuerdo con Daal acerca de la continuación de la huelga. El sábado, 31 de octubre, el Sr. Daal hizo un llamamiento a una tercera manifestación de masas a la que asistieron entre 15 000 y 17 000 personas y que coincidió con la llegada a Suriname por vía aérea del Primer Ministro de Granada, Sr. Bishop. El número de personas que fueron a dar la bienvenida al Sr. Bishop apenas ascendió a 1 500. La C-47 del Sr. Derby no apoyó esta manifestación. Se me informó que en todas las reuniones de masas del Sr. Daal sus declaraciones se limitaron prácticamente a pedir que las fuerzas armadas volvieran a sus cuarteles y que se restableciera la democracia en el país.
      4. 20 La información facilitada a la misión sobre estos acontecimientos por la Moederbond es de particular importancia. Miembros del consejo ejecutivo me dijeron que, después de las huelgas de julio y septiembre, la Moederbond empezó a ser acusada de organizar huelgas que tenían un efecto desestabilizador. Aunque el Ministro de Trabajo había prometido a la federación que se celebrarían discusiones, Daal estimó que tenía que presionar para conseguir una reunión con miras a encontrar una solución. Anteriormente, el consejo ejecutivo de entonces había pedido a Daal que no declarara una huelga de controladores aéreos, pero una vez declarada ésta, se precipitaron los acontecimientos. Según los miembros de la Moederbond con los que me entrevisté, no se conocía la fecha de llegada del Primer Ministro de Granada cuando se declaró la huelga. Si bien insistieron en que la huelga no tenía en un principio nada que ver con la llegada del Sr. Bishop, mis interlocutores reconocieron que Daal se había quejado ulteriormente de su visita porque ésta se celebraba a expensas del Gobierno de Suriname, lo que en opinión suya era totalmente injustificado. Mis interlocutores me informaron de que el deterioro de las relaciones entre las fuerzas armadas y el Sr. Daal en octubre de 1982 era difícil de explicar, sobre todo porque el Sr. Daal había apoyado inicialmente a las fuerzas armadas y personalmente al Teniente Coronel Bouterse. Según una de las opiniones expuestas, varias personas que no veían con buenos ojos las estrechas relaciones existentes entre el Sr. Daal y el Teniente Coronel Bouterse trataron deliberadamente de quebrantar la confianza que existía entre ellos. Estas personas eran elementos izquierdistas que no compartían las opiniones políticas de Daal. Varios miembros del consejo ejecutivo estimaron también que era dudoso el papel desempeñado por el ex Ministro Sr. Haakmat, que asesoraba todavía no sólo a la Moederbond, sino también al Gobierno. Me informaron de que, si bien los consejos del Sr. Haakmat a la federación se formulaban en un principio por escrito y estaban a la disposición de todos los miembros del consejo ejecutivo de entonces, más tarde se daban oralmente y tan sólo a Daal. Me dijeron que el mismo Daal, amigo íntimo de Haakmat, había expresado en una ocasión temores respecto del doble papel consultivo que desempeñaba Haakmat y acerca de los consejos que daba a la federación. Sin embargo, hubo divergencias de opinión entre los miembros del consejo ejecutivo acerca de si el Sr. Haakmat había caído finalmente en desgracia con los militares a causa de su influencia sobre Daal en cuanto a la continuación de la lucha por el restablecimiento de una forma de democracia, o bien porque había permitido que Daal declarara la huelga "sobre la cuestión del restablecimiento de la democracia" sin advertirle que se celebraban ya en el mismo Gobierno discusiones sobre este asunto. Los miembros del consejo ejecutivo manifestaron que, como había transcurrido un año y medio desde que las fuerzas armadas habían prometido celebrar elecciones, la Moederbond, bajo la dirección de Daal, había iniciadas una campaña activa para el retorno a una estructura democrática en el país.
      5. 21 Los empleadores con quienes me entrevisté estimaron que los acontecimientos que habían conducido al 8 de diciembre de 1982 eran de carácter político y que la Moederbond, por sus acciones, en especial las huelgas, había sometido al Gobierno a graves presiones. Varios de ellos consideraron que no había habido cambio de actitud en la Moederbond respecto de la negociación colectiva en el período julio-diciembre. Sin embargo, otros declararon que la actitud de los sindicatos se debía al vacío creado por el mismo Gobierno, puesto que la junta de mediación no funcionaba como enlace eficaz entre los sindicatos y los empleadores. A juicio suyo, la ocupación de los locales por las fuerzas armadas después de la huelga en el Hospital Universitario también pudo haber provocado el antagonismo de los sindicatos. Otros empleadores manifestaron que los problemas entre los sindicatos y las fuerzas armadas empezaron ya en 1981, cuando se estableció el Frente Revolucionario, porque los sindicatos no tenían una idea clara de la posición que ocuparían realmente en esta estructura; sea lo que fuera, declararon que fue entonces cuando la Moederbond comenzó a abogar por el restablecimiento de la democracia.
      6. 22 La huelga de los controladores aéreos impulsó a la C-47, la PWO y la CLO a presentar a las fuerzas armadas un plan escalonado al que la Moederbond se adhirió ulteriormente, para establecer una estructura democrática en Suriname. Tras negociaciones concertadas entre el Sr. Daal y el Mayor R. Horb, miembro del Centro Político, se reanudaron las labores el 2 de noviembre de 1982. Las discusiones con el Centro Político continuaron hasta el 15 de noviembre, cuando el Teniente Coronel Bouterse anunció de improviso en la televisión que se habían interrumpido las negociaciones. Según un grupo de empleadores con el que me entrevisté, el Mayor Horb designó entonces a doce guardaespaldas para proteger a Daal durante cuatro días. Los empleadores también mencionaron el desasosiego que reinaba en la universidad. Además, en noviembre, se constituyó la "Asociación para la Democracia en Suriname" y representantes de sus 13 asociaciones miembros (la Comisión de Iglesias Cristianas, la Comunidad Religiosa Hindú Samatan Dharm, la Comunidad Religiosa Aria Hindú, la Asociación de Directores y Redactores Jefe de la Prensa de Suriname, la Madjlieu Moedirmen de Suriname, la Asociación Islámica de Suriname, la Asociación Musulmana de Suriname, la Asociación Empresarial de Suriname, la Asociación de Industriales de Suriname, el Colegio de Abogados de Suriname, el Colegio de médicos de Suriname, la Organización Central de Sindicatos Campesinos y el Consejo Nacional de las Mujeres) dirigieron una carta el 23 de noviembre de 1982 al Teniente Coronel Bouterse en su calidad de presidente del Consejo Político, en respuesta a su declaración de política hecha el 15 de noviembre en la televisión, en la cual señalaban que, a juicio suyo, la única manera en que el régimen podía conservar el poder era mediante "el ejercicio del poder por la represión". La Asociación propuso la discusión de varios principios básicos que, a juicio suyo, eran fundamentales en toda sociedad democrática.
      7. 23 Además de estos acontecimientos, el Sr. Daal, según el Gobierno, participó en reuniones y actividades que, a juicio suyo, eran de carácter subversivo y lo vinculaban claramente a planes destinados a derrocar por la violencia al régimen, organizados por fuerzas de dentro y fuera del país.
    • c) Casos de detención y de muerte los días 7 y 8 de diciembre de 1982.
      1. 24 En el caso núm. 1160, los querellantes alegaron la detención de dirigentes sindicales y el asesinato del Sr. Daal, presidente de la Moederbond, los días 7 y 8 de diciembre de 1982. El Gobierno contestó que la autoridad militar había publicado una declaración oficial según la cual el 8 de diciembre de 1982 varias personas detenidas por su participación en actividades encaminadas a derrocar al Gobierno por medios violentos hallaron la muerte en un desafortunado accidente sobrevenido al tratar de evadirse. El Gobierno declaró también que velaría por que no volvieran a ocurrir tales accidentes.
      2. 25 El Ministro de Trabajo indicó a la misión que el 7 de diciembre habían sido arrestadas muchas personas con fines de interrogatorio porque habían indicios graves de que podía emprenderse una acción contra el régimen a fines de diciembre. Afirmó que Daal había sido detenido como persona privada y que muchos miembros del consejo ejecutivo de Moederbond no sabían lo que pasaba. El Ministro manifestó que no habían pruebas de vínculos definidos entre Daal y las otras 14 personas muertas el 8 de diciembre, pero declaró que había habido "varias reuniones" entre ellos antes de esa fecha.
      3. 26 El Sr. Derby, presidente de la federación C-47 y una de las 15 personas que fueron detenidas esa tarde y llevada a Fort Zeelandia, describió las circunstancias de su propia detención. Fue el único de un grupo final de 16 personas (la decimosexta, el teniente S. Ramboans, había sido trasladado del cuartel al Fuerte para ponerlo con los demás) en ser interrogado por el Teniente Coronel Bouterse en el período de 24 horas fijado para poder salir vivo del Fuerte. Según el Sr. Derby, él mismo y el Sr. Daal no fueron los únicos sindicalistas detenidos. Los demás eran: el Sr. E.A. Hoost (uno de los fundadores de la C-47, ex consejero jurídico de la CLO y ex Ministro, que en el momento de su detención era un abogado en ejercicio y consultor oficial de la C-47); el Sr. L.P. Rahman (secretario del Sindicato de Trabajadores Cerveceros de Suriname, presidente del Sindicato de Inspección Sanitaria "BOSI", del Sindicato de Personal del Servicio Farmacéutico y del Sindicato del Personal del Ministerio de la Salud, y editor del boletín sindical de la C-47); y el Sr. Brahm Behr. El Sr. Derby me dijo que hasta la fecha no sabía todavía por qué había sido detenido ni por qué había sido finalmente puesto en libertad. Le habían dicho que el Teniente Coronel Bouterse dejó que saliera del Fuerte porque consideraba que Derby era honrado. Señaló que en las 18 horas que duró su detención - que pasó en una celda con otras varias personas que habían sido objeto de la redada del 7 de diciembre - no sufrió ningún mal trato. Durante su detención tuvo dos entrevistas con el Teniente Coronel Bouterse. Declaró que había pedido a éste la liberación del Sr. Hoost y de otras dos personas que habían compartido su celda y se le respondió que serían liberadas. Se descubrió el 9 de diciembre que también habían sido muertas junto con Daal y los demás.
      4. 27 Las opiniones divergían en cuanto a las razones por las cuales Daal había continuado la huelga cuando, en su opinión, tal decisión había de tener consecuencias claramente peligrosas. Los propios miembros del consejo ejecutivo de la Moederbond estaban divididos acerca de este punto. Uno de ellos declaró que había avisado personalmente a Daal el 29 de octubre acerca del peligro de continuar solo la huelga, sin el apoyo de las demás federaciones. Sin embargo, otro miembro manifestó que todos alentaron a Daal en su acción y que la Moederbond en su conjunto le apoyaba en la huelga.
      5. 28 Los representantes de la C-47 con los que hablé estimaron que Daal había sido la víctima de ciertos grupos de intereses que no podían definir precisamente pero que existían tanto fuera como dentro del país. El Sr. Derby declaró que, el 30 de octubre, varias personas se comunicaron con él para averiguar si la C-47 apoyaría la reunión de masa propuesta por Daal para el día siguiente. Los representantes de la PWO con los que hablé estimaron que Daal también pudo sentirse alentado por las manifestaciones de masa que se organizaron para protestar contra su detención. Los representantes del consejo ejecutivo de la CLO estimaron que Daal, capaz de hacer salir la gente a la calle, gracias a su fuerza y personalidad, se convenció fácilmente a sí mismo de que era el campeón, e incluso el mártir de ser necesario, de la causa de la democracia.
      6. 29 Los representantes de la ASFA con los que hablé subrayaron que nadie, ni siquiera Daal, sospechaba que las fuerzas armadas fueran capaces de cometer los actos que tuvieron lugar el 8 de diciembre. De hecho, uno de estos representantes se entrevistó el 7 de diciembre con Daal y éste le dijo que se percataba de que sus actos entrañaban un riesgo pero que "no le importaba si moría ahora o dentro de un año". Según los representantes de la ASFA, Daal sufría de un cáncer de la garganta. Los representantes de la VSB con los que me entrevisté no pensaban que Daal se daba cuenta del peso de sus actos. Declararon que, en una reunión celebrada el 2 de noviembre entre la Moederbond y los representantes de las organizaciones de empleadores y de la Iglesia, Daal les había dicho que el Mayor Horb le había advertido que "pensara en su futuro" si continuaba burlándose de las fuerzas armadas. Dijeron que, naturalmente, sus opositores calificaban de subversivos los discursos de Daal a favor de la libre empresa y su crítica del proceso de socialización que seguía el Gobierno.
      7. 30 De mis entrevistas con miembros del Gobierno y funcionarios se desprende claramente que el Gobierno no se proponía realizar una encuesta independiente sobre las muertes. El fiscal general tampoco podía decir si el Ministro de Justicia estudiaba el asunto. Por otra parte, el Ministro de Trabajo puso de relieve que los acontecimientos habían ocurrido en un clima de amenazas de invasión de Suriname y de presiones antigubernamentales por parte de fuerzas exteriores e interiores. El consejo ejecutivo de la Moederbond declaró que había celebrado tres reuniones con el Gobierno poco después de los acontecimientos del 8 de diciembre. la primera, el 11 de diciembre, se refirió a una petición del Ministro de Energía y Recursos Naturales para inducir a los trabajadores de la bauxita, que se habían declarado en huelga, a que reanudaran su actividad; la segunda, el 13 de enero, se celebró tras una invitación a que expresaran sus opiniones sobre la capacidad y cualidades del nuevo Gobierno. En esta reunión, la Moederbond presentó un informe sobre la política del Estado hacía el movimiento sindical; la tercera reunión, celebrada también el 13 de enero, tuvo lugar con el propio Teniente Coronel Bouterse, y los miembros del consejo ejecutivo presentes lamentaron en la misma los acontecimientos del 8 de diciembre y expresaron la esperanza de que nunca volverían a repetirse. En ninguna de estas ocasiones se planteó la cuestión de realizar una investigación acerca de las muertes. Las demás centrales sindicales estimaron que una encuesta sería difícil a causa del poder militar, e inútil porque, a su juicio, nunca saldrían a la luz los hechos verdaderos.
    • d) Destrucción de los locales de la Moederbond el 8 de diciembre de 1982.
      1. 31 La CIOSL y la CMT, organizaciones querellantes en el caso núm. 1160, alegaron que la sede de la Moederbond había sido destruida. En el momento en que el Comité procedió al examen inicial de la queja, el Gobierno no formula ninguna observación sobre el particular.
      2. 32 En mis conversaciones con el Ministro de Trabajo en las que confirma la destrucción de la sede de la Moederbond, éste me asegura que se habían celebrado entrevistas entre el consejo ejecutivo de la Moederbond y el Ministerio de Obras Públicas y que se había llegado a un acuerdo sobre la reconstrucción de los locales a expensas del Gobierno. Las obras habían de empezar a finales de 1983 o principios de 1984 a más tardar. El Ministro explica que el Gobierno había de rembolsar a la Moederbond los alquileres devengados por las oficinas que ocupaba actualmente. El Gobierno tomaba estas medidas porque no deseaba que la destrucción de los locales se interpretara como un acto contra la Moederbond o contra los trabajadores. La Moederbond confirma que el Gobierno había aceptado iniciar la reconstrucción en un futuro próximo. Cabe advertir que el nuevo consejo ejecutivo de la Moederbond rechaza en un principio la ayuda del Gobierno para reconstruir los locales porque esperaba recibir asistencia financiera con ese fin del movimiento sindical internacional. De hecho, el Congreso del Trabajo del Caribe había constituido un fondo para ayudar a tal reconstrucción, pero la escasez de las contribuciones descarta toda posibilidad de hacerlo.
    • e) Evolución de la situación desde el 8 de diciembre de 1982 hasta la fecha de la misión.
      1. 33 Según se desprende de mis discusiones con el Ministro de Trabajo, las autoridades aplicaron ciertas restricciones a los derechos sindicales inmediatamente después de los acontecimientos del 8 de diciembre de 1982, pero estas restricciones ya han dejado de aplicarse. Por ejemplo, entre el 8 de diciembre de 1982 y el 25 de febrero de 1983, estuvieron prohibidas las reuniones públicas en virtud de una orden del Gobierno. Según el Ministro de Trabajo, esta orden fue necesaria ante la amenaza de una invasión pero se anuló en el momento en que desapareció el peligro. El Ministro confirma que las reuniones sindicales pueden celebrarse ahora libremente, sin notificación previa y sin la presencia de las fuerzas armadas o de la policía. Hizo hincapié en que no hay ni se prevén restricciones respecto de la afiliación internacional. A raíz del 8 de diciembre de 1982, los grandes medios de información también fueron sometidos al control del Estado. Según el Ministro, ello se debió al papel desempeñado por dichos medios en los acontecimientos que condujeron al 8 de diciembre. Se constituya una comisión especial del Gobierno para estudiar el funcionamiento de la prensa con arreglo a las directrices de la UNESCO. El Ministro. manifiesta que no había ninguna censura de los medios de información pero reconoció que había disminuido el número de estos medios, como el de estaciones de radio, por ejemplo. Cabe señalar a este respecto que las fuerzas armadas destruyeron también una estación de radio el 8 de diciembre de 1982. Este mismo día se aplica un toque de queda, pero éste se limita ahora a cinco días de la semana (de domingo a jueves, de las 12 de la noche a las 4 de la mañana). El Ministro me asegura que no se promulgarían leyes antisindicales.
      2. 34 En la reunión de la misión con el fiscal general se menciona un decreto (decreto B-10, de 29 de junio de 1983) que, según las autoridades, no está directamente relacionado con lo acaecido el 8 de diciembre de 1982. Con arreglo al párrafo 1 del artículo 1 del decreto (del que se facilita a la misión una copia junto con el correspondiente reglamento) se prohíbe importar, tener en tránsito, distribuir, poseer, almacenar, producir o reproducir material impreso que, a juicio de la autoridad competente, pueda perturbar gravemente el orden público y la paz o la seguridad nacional. El párrafo 2 del articulo 1 designa como autoridad competente el Consejo de Ministros. El artículo 2 establece las sanciones por violación del artículo 1, a saber. un año de cárcel como máximo o una multa de 5 000 guilders como máximo. En el reglamento dictado en virtud del decreto se declara prohibida una publicación titulada "The December assassinations in Suriname - the report of an eyewitness" (Asesinatos de diciembre en Suriname - relato de un testigo presencial).
      3. 35 Según el Ministro de Trabajo, las negociaciones colectivas continúan llevándose a cabo sin cambio, y ha habido varias huelgas, aunque de carácter menor, en 1983. Cita como ejemplo una amenaza de huelga en la empresa "Kersten" por el despido de 25 por ciento de los trabajadores en violación del contrato colectivo pertinente; el mismo Ministro intervino para resolver el conflicto antes de que las partes en el mismo recurrieran a la junta de mediación.
      4. 36 Tanto el Ministro de Trabajo como el fiscal general confirmaron que las personas, sindicalistas o no, que huyeron de Suriname después del 8 de diciembre de 1982, tenían plena libertad para regresar a su país. No había ninguna orden de detención ni ninguna causa pendiente contra sindicalistas en la oficina del fiscal general. Tampoco había ningún sindicalista detenido.
      5. 37 Los miembros del consejo ejecutivo de la Moederbond con los que hablé me explicaron que, en razón de diversas ausencias del país, los miembros del anterior consejo ejecutivo salo el 13 de enero de 1983, pudieron reunirse y adoptar medidas para continuar la actividad de la Moederbond, en especial la reconstitución del consejo ejecutivo cuyo presidente había fallecido el 8 de diciembre. Declararon que en aquella fecha fueron designados funcionarios sindicales de conformidad con las disposiciones de la Constitución. El 13 de marzo, el consejo ejecutivo en ejercicio pudo convocar un congreso en el que se eligió al consejo ejecutivo actual, también de conformidad con la Constitución de la Moederbond. Expresaron su preocupación ante el hecho de que se hubiera impugnado el carácter constitucional de estas elecciones. Habían formulado claramente sus opiniones a una misión CIOSL/CCL a Suriname en mayo de 1983. Los miembros del consejo ejecutivo expresaron su profunda desilusión por el hecho de que, a pesar de los gravísimos problemas con que se enfrentaba la Moederbond y de los intentos de ciertas fuerzas políticas del país para destruir la organización, ésta no recibiera el tipo de ayuda que era esencial para su supervivencia. Confirmaron que, aparte de esos problemas, los asuntos y la actividad de los sindicatos podían llevarse a cabo normalmente.
      6. 38 Los miembros del consejo ejecutivo de la C-47 con los que hablé me confirmaron que no se aplicaba ninguna restricción a la actividad sindical. Se habían concertado sin ningún problema negociaciones entre sus afiliados y varias empresas. A principios de agosto de 1983, el sindicato afiliado de trabajadores del textil declaró una huelga de un día, y recientemente se declaró otra de dos días en la empresa "Albetil". Mis interlocutores de la PWO declararon que no tenían ninguna queja que formular al respecto y mencionaron la firma reciente de un contrato colectivo para los trabajadores del cemento y una huelga de los trabajadores de la pintura y el comercio en este año. Sin embargo, indicaron que, habida cuenta de lo sucedido el 8 de diciembre de 1982, el consejo ejecutivo no autorizaría ninguna acción que pudiera considerarse como excesiva. Los miembros del consejo ejecutivo de la CLO con los que hablé también me confirmaron que no había restricciones a la actividad sindical, pero señalaron que la negociación colectiva en el sector público en 1984 sería muy difícil porque los sindicatos no podrían utilizar toda su fuerza en caso de estancamiento de las negociaciones. Según mis interlocutores, las fuerzas armadas no podían permitirse que hubiera huelgas y violencia, y los sindicatos, conscientes de ello, no podían sino actuar en consecuencia.
      7. 39 Los representantes de los empleadores de la ASFA con los que hablé señalaron que, a pesar de que la negociación colectiva seguía en pie como antes de diciembre de 1982 en el sector privado, los sindicatos ya no podían obligar al Gobierno a satisfacer sus reivindicaciones como en el pasado. Según mis interlocutores, tanto los empleadores como los sindicatos debían tener ahora en cuenta la forma en que reaccionaría el Gobierno. Declararon que los sindicatos; podían declarar una huelga en el sector privado, pero no en una empresa estatal. Hicieron hincapié en el problema específico de la falta de representación de los empleadores en el consejo consultivo, (del que forman parte los presidentes de la PWO y de la CLO y una representante del Gobierno) y en la junta de mediación (el miembro empleador dimitió hace cuatro años y el Gobierno no ha presentado ninguna candidatura para reemplazarlo). Los representantes de los empleadores de la VSB con los que hablé también se refirieron a la exclusión de los empleadores de los órganos del Gobierno competentes para las relaciones de trabajo. Estimaron que sus derechos eran más limitados que antes y que se hacía caso omiso de ellos. Aunque sí se habían celebrado varias reuniones entre los empleadores y las autoridades en el transcurso del año, no tuvo lugar una discusión tripartita que se había prometido. Estos empleadores también se refirieron al decreto B-10, que les prohíbe conservar copias de la carta enviada al Teniente Coronel Bouterse el 23 de noviembre de 1982 por la "Asociación para la democracia en Suriname", de la que la ASFA también era firmante. Los representantes de la VSB se refirieron a la reciente declaración televisada del Teniente Coronel Bouterse en la que éste dijo que podían volver a ocurrir los acontecimientos del 8 de diciembre. Manifestaron que la fuerza actual de las relaciones de trabajo en Suriname se debía evaluar en esta perspectiva.
      8. 40 Quisiera mencionar aquí que entre la documentación básica que nos facilitó la comisión nacional encargada de asistir a nuestra misión figura un folleto referente a una declaración y plan de acción del Estado para 1983-1986. Esta declaración fue presentada al público el 1.° de mayo de 1983 por el Primer Ministro. Aunque se hace mención de "formas adecuadas de organización, como cooperativas" para el sector agrícola, no hay ninguna referencia a los sindicatos ni al papel que desempeñan las organizaciones de trabajadores en el programa del Gobierno. Pedí a cada uno de mis interlocutores el significado de esta omisión.
      9. 41 El Ministro de Trabajo confesó que la contribución de su Ministerio a la declaración se había preparado apresuradamente y que, de hecho, se había presentado tarde, lo que explicaba la omisión. Manifestó que tanto en los textos como en la práctica el movimiento sindical participaba en los planes de desarrollo del país y era consultado al respecto.
      10. 42 Los representantes de tres de las cuatro federaciones sindicales con los que hablé declararon que no habían sido consultados sobre el plan de acción. Sin embargo, los miembros del consejo ejecutivo de la CLO aseguraron que sí habían sido consultados en la materia. Tampoco se consultó a los empleadores. Se me dijo que los copartícipes sociales podían formular comentarios después de la publicación del folleto, aunque los empleadores declararan que no se les había pedido hacerlo. Con arreglo a la C-47, la falta de referencia a los sindicatos era una omisión comprensible. Por otra parte, la PWO estimó que como en el momento de la publicación del folleto las relaciones entre el Gobierno y el movimiento sindical no eran buenas los sindicatos no fueron consultados deliberadamente sobre el plan de acción.
    • f) Perspectivas para el futuro.
      1. 43 Al contestar a mis preguntas relativas a cualquier cambio posible en la estructura sindical desde el 8 de diciembre de 1982 y al futuro del movimiento sindical, el Ministro de Trabajo manifestó que no había habido cambios e hizo hincapié en que no se aplicaban ni se preveían restricciones al movimiento sindical. Dijo que el Gobierno se proponía establecer en el futuro tribunales especiales del trabajo para examinar más rápidamente las quejas individuales y que designaría comisiones de inspección del trabajo para las empresas que ocupan un número reducido de trabajadores.
      2. 44 Los representantes de la C-47 con los que hablé estimaron que no había habido cambio en la estructura sindical, pero se percataban de que si los trabajadores pasaran en masa de otro sindicato a la C-47, el movimiento sindical en su conjunto se debilitaría. El presidente de la C-47 manifestó que la Moederbond se había debilitado considerablemente desde los acontecimientos del 8 de diciembre de 1982. Estos representantes eran optimistas acerca del futuro con o sin régimen militar al frente del país. Consideraban que el Teniente Coronel Bouterse no tenía ni la intención ni la capacidad de eliminar el movimiento sindical.
      3. 45 Los representantes de la PWO también estimaron que no había habido cambio alguno en la estructura sindical en Suriname desde el 8 de diciembre, pero advirtieron que otros sindicatos trataban de sacar a la PWO sus afiliados desde hacía cinco o seis años. No les preocupaba el futuro bajo el régimen militar.
      4. 46 Los representantes de la CLO, como se ha dicho ya, manifestaron inquietudes acerca de las negociaciones con miras a un contrato colectivo para los funcionarios públicos en 1984, pero no sentían ningún temor de que se limitaran los derechos sindicales.
      5. 47 Respeto del futuro, la situación es más crítica para la Moederbond. Los miembros del nuevo consejo ejecutivo con quienes hablé parecían estar desunidos, y había divergencias obvias entre los nuevos miembros y otros que permanecen leales a la política seguida por Cyrill Daal. El presidente de la Moederbond describió su situación como "vulnerable" por tres razones: el hecho de que los propios trabajadores han perdido confianza en el sindicato después de los acontecimientos del 8 de diciembre; la duda que existe a nivel internacional y nacional acerca de la integridad del consejo ejecutivo y del funcionamiento de la federación; personas próximas al Gobierno no están convencidas de que debería alzarse de nuevo la Moederbond. El consejo ejecutivo, declaró, buscaba todavía su camino. Continuó lamentando abiertamente los acontecimientos del 8 de diciembre de 1982 y declaró que trataría de impedir su repetición sin que la Moederbond perdiera su identidad de sindicato libre e independiente. Manifestó que, a pesar de la infiltración entre sus afiliados de determinados grupos políticos, el consejo ejecutivo continuaría su lucha por fortalecer la organización para bien de los trabajadores que representaba.
      6. 48 Los representantes del ASFA con los que hablé sentían menos optimismo respecto del futuro. Se hablaba mucho, pero era poco lo que se hacía para mejorar las relaciones de trabajo. Sin embargo, declararon que se adaptaban a la situación. Se percataban de lo que describían como infiltración ultraizquierdista de la Moederbond, y estimaban que la posición de su presidente era delicada.
      7. 49 Los representantes de la VSB también estimaron que la Moederbond era mucho más débil ahora que la fuerte personalidad de Daal había desaparecido. Indicaron que la influencia de Daal no se olvidaría fácilmente en la federación.
    • Observaciones finales
      1. 50 La última reunión que celebré antes de salir del país fue con el Ministro de Trabajo, al que expresé mi agradecimiento por el esmero con que se había organizado el programa y por el trato cortés dispensado a la misión. Todas las conversaciones fueron abiertas y me permitieron obtener toda la información que pude acerca de todos los aspectos del caso. Hice hincapié sin embargo en que, sin un examen completo e independiente de los acontecimientos del 8 de diciembre de 1982, nunca podrían averiguarse muchos hechos importantes. Habida cuenta de la referencia del fiscal general a la cuestión de una encuesta al mismo Ministro de Justicia, expresé la esperanza de que el Ministro ejercería su autoridad para efectuarla. Señalé que, aunque la libertad sindical y los derechos humanos se plasmaran en las constituciones y las leyes de los países, sólo podía existir una auténtica libertad sindical - tanto para los trabajadores como para los empleadores - si la misma se ejercía en un clima que permitiera a trabajadores y empleadores conocer las consecuencias del ejercicio de esta libertad. Declaré que, como consecuencia directa de los trágicos acontecimientos del 8 de diciembre, no era sorprendente que reinara cierta incertidumbre al respecto. Indiqué la importancia de acabar con esta incertidumbre cuanto antes. Habida cuenta de las quejas de los empleadores, recordé al Ministro la importancia del Convenio sobre la consulta tripartita (normas internacionales del trabajo), 1976 (núm. 144), ratificado por Suriname. Señalé que, de hecho, la Comisión de Expertos en Aplicación de Convenios y Recomendaciones había advertido este año que la composición del consejo consultivo no era tripartita. Terminé reafirmando al Ministro que se presentaría un informe objetivo e imparcial de mi misión al Comité de Libertad Sindical del Consejo de Administración, el cual formularía sus conclusiones sobre el caso. El Ministro me agradeció esta declaración y expresó la esperanza de que la misión permitiría una mejor comprensión de las cuestiones planteadas en este caso y de los problemas con que se enfrenta Suriname.
      2. 51 En resumen, la misión recibió un trato muy correcto y todo el programa se ejecutó en forma eficiente. Me complació que todos mis interlocutores hablaran abierta y francamente y el haber podido obtener información corroborada sobre todos los aspectos importantes del caso. Naturalmente, mis interlocutores no conocían muchos detalles acerca de la forma exacta en que Daal y los demás perdieron la vida - y que, sin una encuesta detallada e independiente, nunca se conocerán -, pero el hecho de que estas muertes ocurrieran en manos de las fuerzas armadas, cosa que no niega el Gobierno, tiende a limitar la importancia de tales detalles, al menos para los fines de la OIT.
      3. 52 La muerte trágica del Sr. Daal - y la de otras 14 personas - ocurrió en un clima político en el cual el régimen militar se enfrentaba con graves presiones no sólo de un fuerte movimiento nacional por el restablecimiento de la democracia, en el que participaban Daal, los universitarios, los abogados, los industriales y las iglesias, sino también de fuerzas exteriores. Con razón o sin razón, el Gobierno estimó que las actividades de Daal (huelgas que tenían un efecto desestabilizador, sus declaraciones políticas, sus manifestaciones y sus varios contactos en Paramaribo) eran parte de una conjura subversiva para derrocarlo por la fuerza y, por consiguiente, decidió eliminarlo. A pesar de las muchas advertencias que le formularon sus colegas sindicales e incluso varios empleadores, Daal continuó la huelga de los controladores aéreos y organizó una manifestación de masa que coincidió con la llegada del Primer Ministro de Granada. Es indudable que esta acción molestó e irritó a los altos cargos del régimen militar y, finalmente, fue probablemente el factor decisivo que condujo a su muerte.
      4. 53 En lo que se refiere a la situación sindical en general, no hay restricciones aparentes al ejercicio de los derechos sindicales. Suriname tiene una legislación modelo en materia de derechos sindicales y, de hecho, según se infiere de la información obtenida durante la misión, no hay en la práctica limitaciones a la acción sindical. Sin embargo, aunque los acontecimientos del 8 de diciembre de 1982 no hayan paralizado el ejercicio de los derechos sindicales, es indudable que han creado un clima en el que es difícil prever las consecuencias del ejercicio de estos derechos. Las huelgas y la negociación colectiva son prácticas que todavía existen, pero los sindicatos en especial deben sin duda pensarlo dos veces antes de emprender una acción que el Gobierno pueda interpretar como acto de oposición política.
      5. 54 Como consecuencia de la muerte de Daal, la Moederbond, afiliada de la CIOSL, se ha visto gravemente debilitada. Su nueva dirección - elegida constitucionalmente - es menos carismática, menos agresiva y tal vez menos motivada políticamente que Daal. Le ofende la crítica de que "colabora" con. las fuerzas armadas, pero considera que en la situación actual debe elegirse un enfoque pragmático. Si no consigue eliminar las divergencias existentes entre los miembros de su comité ejecutivo, es probable que se divida en fracciones más pequeñas y más débiles, lo cual sería perjudicial para el movimiento sindical en su conjunto.
      6. 55 Sólo me queda expresar mi sincero agradecimiento al Gobierno, y en especial a los miembros de la Comisión Nacional, por la atenta ayuda que me han prestado para organizar el programa de la misión. También desearía dar las gracias a los representantes de todas las organizaciones de trabajadores y de empleadores, cuya asistencia merece nuestro mayor aprecio.
    • Ginebra, septiembre de 1983. W.R. Simpson.
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