Observación (CEACR) - Adopción: 2024, Publicación: 113ª reunión CIT (2025)

Convenio sobre la política del empleo, 1964 (núm. 122) - Níger (Ratificación : 2018)

Artículos 1 y 2 del Convenio. Formulación y aplicación de una política activa encaminada a promover el pleno empleo, productivo y libremente elegido. En su comentario anterior, la Comisión tomó nota de que, en 2009, se había adoptado la política nacional de empleo (PNE 2008-2012), y de que, en julio de 2021, tras la celebración de amplias consultas con todas las partes interesadas y en colaboración con la OIT, se había discutido una primera versión de una nueva política nacional de empleo (PNE 2020-2025) durante un taller de validación. Sin embargo, la Comisión observa que el Gobierno indica, en su memoria sometida en septiembre de 2023, que sigue en curso de adopción una nueva PNE, y añade que informará a la Oficina de todo progreso realizado a este respecto. Además, la Comisión toma nota de que, durante el periodo cubierto por la memoria, el Gobierno elaboró un programa de resiliencia para la salvaguardia de la patria (PRSP) para el periodo 2024-2026, bajo el patrocinio del Ministerio de Economía y Finanzas. Según la información disponible en línea, el PRSP 2024-2026 debe entrar en vigor en 2024 y tiene por objeto lograr el desarrollo sólido y equitativo del Níger a través de: i) el aumento de la seguridad y de la cohesión social; ii) la promoción de la buena gobernanza; iii) el establecimiento de las bases de la soberanía económica, y iv) la aceleración de las reformas sociales.

La Comisión toma nota de que el Níger se enfrenta a varios retos importantes. La economía nigeriana es poco diversificada y poco competitiva, lo que limita las oportunidades de empleo formal. Una gran parte de la población activa está ocupada en el sector informal (estadísticas de la OIT), lo cual plantea desafíos en términos de protección social, condiciones de trabajo y estabilidad del empleo. Por consiguiente, el país se enfrenta a la necesidad apremiante de crear empleos decentes y productivos para las mujeres y los hombres, en particular para los jóvenes. El rápido crecimiento demográfico complica la integración de los jóvenes en el mercado de trabajo (OIT, L’état des lieux du système de formation professionnelle – Niger, 2019). Las desigualdades de género persisten, lo cual repercute en el acceso de las mujeres a las oportunidades de empleo y a condiciones de trabajo equitativas, con el resultado de que brindar oportunidades de empleo a todos, incluidas las mujeres y las personas con discapacidad sigue siendo un gran reto (véanse CEDAW/C/NER/CO/5, párrafo 41 y CRPD/C/NER/CO/1, párrafo 7). Además, el país atraviesa un periodo de inestabilidad, y encara desafíos ambientales y económicos, en particular las perturbaciones climáticas y la volatilidad de los precios de los productos básicos (Banco Mundial, Níger-Visión global, 2024).

Habida cuenta de esta información, la Comisión espera que el Gobierno haga todo lo posible para finalizar sin demora la adopción de la política de empleo. La Comisión considera, en efecto, que la adopción de una política de empleo sólida y encaminada a lograr los objetivos del pleno empleo, productivo y libremente elegido establecidos por el Convenio es una medida esencial para el desarrollo económico inclusivo y sostenible del Níger, que permite encarar los retos actuales y forjar un futuro más próspero. En efecto, la política de empleo representa una gran baza para reducir el desempleo y la pobreza, al crear empleos decentes y productivos, en particular para los jóvenes y las mujeres. Al establecer los objetivos y las medidas clave encaminadas a integrar en mayor medida en la economía formal a los trabajadores de la economía informal, la nueva política de empleo podría mejorar la protección social, las condiciones de trabajo y la estabilidad del empleo, aumentando al mismo tiempo los ingresos fiscales. Asimismo, la adopción de una política de empleo inclusiva podría contribuir efectivamente a reducir las desigualdades de género al garantizar un acceso equitativo a las oportunidades de empleo y a condiciones de trabajo justas para las mujeres. Además, al alentar la diversificación económica, la política de empleo podría centrarse en crear nuevas oportunidades de empleo en diferentes sectores, reduciendo así la dependencia de algunas industrias y aumentando la resiliencia económica. Por último, la adopción y aplicación de una política de empleo que esté en conformidad con la exigida por el Convenio propiciaría un diálogo social constructivo entre los empleadores, los trabajadores y el Gobierno, así como entre los representantes de todas las poblaciones afectadas por dicha política, mejorando así las condiciones de trabajo y promoviendo la justicia social.

• La Comisión plantea otras cuestiones en una solicitud dirigida directamente al Gobierno.